La piel no es solo uno de los órganos más visibles del cuerpo humano, también es el que más sufre por las exposiciones a factores ambientales como la radiación y los productos químicos nocivos. Las emisiones de los coches, el polvo y el polen hacen que el aire esté más contaminado y sus partículas impactan y se depositan directamente sobre nuestra piel, destruyendo y envejeciéndola severamente.
Superbar quiere compartir este artículo contigo, explicando por qué la contaminación del aire puede dañar tu piel y cómo protegerte.
1. Disminuye la hidratación
Uno de los efectos más evidentes de la contaminación sobre nuestra piel, es la deshidratación. Las partes del cuerpo más gravemente afectadas son las que se exponen con mayor frecuencia a factores ambientales. ¿Cómo saber si tu piel está deshidratada? Puedes sentir una sensación de tirantez constante e intensa (especialmente después de la ducha) o incluso descamación. También puedes sentir que tu piel está apagada y pierde su brillo. ¡Pero hay una solución! Te lo contamos en el bono de este artículo.
2. Aumenta la producción de sebo
A veces podemos ver una pequeña capa de brillo en la piel del rostro. La contaminación y la luz solar pueden causar deshidratación, lo que puede hacer que las glándulas sebáceas produzcan demasiada grasa. En el peor de los casos, el aumento de sebo puede provocar acné. En otras ocasiones, solo experimentamos una sensación grasosa que es molesta e incómoda.
3. Produce manchas
La mancha es otro efecto nocivo que la contaminación ejerce sobre la piel. La contaminación contiene radicales libres y otras sustancias agresivas que penetran en la capa más profunda de la piel, donde se acumulan y obstruyen los poros. Para protegerse del daño, el cuerpo humano produce melanina, que es la principal causa de manchas oscuras en la cara.
4. Acelera el proceso de envejecimiento
Cuando la contaminación se combina con el sol, su impacto es aún más negativo y conduce a la llamada «fotopolución». Esto desencadena el estrés oxidativo en el cuerpo y acelera el proceso de envejecimiento de la piel. Además, la exposición a los rayos ultravioleta destruye el colágeno y la elastina de la piel, y hace que la dermis pierda su fuerza y flexibilidad con el tiempo, dando lugar a arrugas prematuras.
5. Tapa los poros
¿En algún momento viste por casualidad los poros en tu cara o en cualquier parte de tu cuerpo como si estuvieran «más abiertos»? Cuando la contaminación deshidrata la piel, comienza a producir más sebo. Cuando esa grasa se mezcla con bacterias o contaminación ambiental, puede obstruir los poros y hace que se vean un poco más grandes de lo normal. Por lo tanto, la clave es protegerse de la contaminación y limpiar la piel adecuadamente.
6. Produce enfermedades inflamatorias como acné, psoriasis y dermatitis
La piel actúa como barrera frente a las agresiones ambientales. Por lo tanto, cuando estamos expuestos a un ambiente contaminado o con aire de mala calidad, nos lo hace saber rápidamente. ¿Cómo lo hace? Además de todos los puntos anteriores, también puede provocar determinadas reacciones o enfermedades inflamatorias de la piel como dermatitis, acné, psoriasis y erupciones.
Bono: cómo prevenir los efectos de la contaminación en la piel
Te invitamos a realizar los siguientes experimentos. Todos los días, cuando regreses a casa después de salir del trabajo o pases algún tiempo en la calle, límpiate la piel de la cara con un algodón húmedo. Verás que se vuelve gris. Esto prueba la cantidad de partículas contaminantes que se depositan en nuestra piel todos los días, sin siquiera darnos cuenta. Por tanto, una buena higiene y protección de la piel son fundamentales para evitar los efectos nocivos de la contaminación ambiental.
- Nota importante: A continuación te brindamos algunos consejos prácticos para proteger tu piel de la contaminación, pero considera que siempre es necesario consultar con un dermatólogo para obtener un tratamiento a tu medida.
1. Higienizar y exfoliar
La higiene es muy importante para evitar que las partículas contaminantes se acumulen en tu piel y obstruyan tus poros. Aquí te dejamos una rutina de limpieza simple que puedes seguir:
- Paso 1: Si te maquillas, lo primero que debes hacer es quitarte el maquillaje. Puedes usar toallitas desmaquillantes, cremas especiales o bolitas de algodón con agua micelar para completar este paso.
- Paso 2: Después de quitar el maquillaje, la piel aún no está 100% limpia. Por tanto, es necesario limpiarlo para eliminar el exceso de contaminantes, grasas y otras impurezas acumuladas durante el día. Puedes usar una crema o un gel limpiador, quitártelo con agua tibia y secarte con una toalla dando golpecitos suaves.
- Paso 3: Exfoliación. No tienes que realizar este proceso todos los días, solo dos o tres veces por semana. Hay muchos productos en el mercado que pueden hacer esto y ayudan a eliminar las células muertas. Elige el que mejor se adapte a tu tono de piel.
2. Hidratar y colocar protección solar
Como vimos en el punto 1, la deshidratación es uno de los efectos más importantes que la contaminación provoca sobre la piel. Por eso, tras la limpieza de rutina, la clave es hidratarlo para devolver todo el líquido perdido por factores ambientales. En este caso, puedes usar cremas (existen cremas para diferentes tipos de piel) o tónicos y aplicarlos en tu rostro con movimientos circulares.
Si es de día, no olvides aplicar protector solar después de hidratar tu piel. Además, deberías evitar la exposición al sol entre las 11 y las 16 horas. Se recomienda elegir productos con niveles de protección alta o muy alta y repetir la aplicación cada dos horas.
3. Utilizar purificadores de aire en espacios cerrados
No cabe duda de que las personas que viven en un entorno de aire limpio y puro cuentan con una mejor salud de la piel y de todo el cuerpo. Por este motivo, es recomendable colocar un purificador de aire en la casa o en la oficina. Puedes moverlo de una habitación a otra según lo requieras. No solo ayuda a mantener la piel limpia, sino también el suelo, los muebles e incluso la ropa.
4. Consumir alimentos ricos en antioxidantes
Para protegerse de los factores ambientales que lo afectan todos los días, el cuerpo necesita antioxidantes. Estas sustancias son las encargadas de fortalecer tus defensas naturales y reparar tu piel desde el interior, haciendo que luzca más sana y luminosa. ¿Dónde encontramos los antioxidantes?
- Alimentos ricos en glutatión: contribuyen a la luminosidad de la piel. Se encuentra en el pomelo, ajo, manzanas, productos lácteos crudos, huevos, brócoli, aguacates y espárragos.
- Alimentos ricos en carotenoides: ayudan al color de la piel y aportan al bronceado. Está en las zanahorias, tomates rojos, espinacas, calabaza, batatas, papaya, etc.
- Alimentos ricos en vitamina A: es importante para la renovación celular, para la regeneración del cabello y la piel. También puede reducir las líneas de expresión y las arrugas, mejorar la textura de la piel y darle luminosidad. Se encuentra en las espinacas, los productos lácteos y el hígado.
- Alimentos ricos en vitamina C: ayudan a prevenir las manchas de pigmentación en la piel. Se encuentra en el kiwi, papaya, piña, naranja, limón, espinaca y repollo.
- Alimentos ricos en vitamina E: generan una barrera natural que puede resistir la radiación solar, ayudar a eliminar pequeñas imperfecciones, mantener la elasticidad de la piel y prevenir y tratar el acné. Lo puedes encontrar en nueces, avellanas, almendras y pistachos, aguacates, mangos, semillas de calabaza y girasol.
¿Cuánta importancia le das a la protección de tu piel? ¿Puedes compartir tu rutina de cuidado diario con nosotros? ¡Queremos leer y aprender más!