Es hora de comer, no puedes esperar, así que en unos minutos habrás terminado el plato de comida que tienes delante. Si te suena familiar, puede ser un buen momento para detenerte y pensar en cómo comer demasiado rápido puede afectar a tu cuerpo.
Superbar quiere compartir contigo los efectos que este hábito puede tener en tu cuerpo y ofrecerte recomendaciones sobre cómo evitarlo. Ante cualquier duda, recuerda consultar a un médico.
1. Puede hacerte comer en exceso
El cerebro tiene la capacidad de procesar señales, una de las cuales es la sensación de saciedad al comer. Sin embargo, el órgano puede tardar hasta 20 minutos en darse cuenta de que es suficiente.
Si no recibe la señal, continuará consumiendo hasta comer más comida de la que el cuerpo necesita. De hecho, un estudio en niños descubrió que las personas que comen rápido también terminan comiendo en exceso e incluso tienen tres veces más probabilidades de tener sobrepeso.
2. Incrementa el riesgo de obesidad
Estrechamente relacionado con el punto anterior, está el riesgo de obesidad. Si bien sabemos que existen otros factores relacionados con esta afección (genética, mala alimentación, falta de ejercicio, etc.), diversos estudios han demostrado que comer con prisa también puede ser un potencial factor de riesgo de sobrepeso y obesidad.
3. Causa problemas de digestión
Comer rápido sin siquiera prestar atención a lo que se come, puede provocar indigestión. Debido a la mala masticación, el estómago tiene que trabajar más para lidiar con los alimentos.
Un estudio encontró que comer lentamente realizando ejercicios de atención plena, puede traer beneficios a los pacientes con ciertas enfermedades gastrointestinales. Sin embargo, aún se necesitan más investigaciones para obtener mejor información.
4. Puede causar gases
La mayor parte del gas de nuestro cuerpo es aire tragado. Cuanto más rápido comas, más aire entrará en tu cuerpo, y este aire será expulsado en forma de gas gastrointestinal incómodo tarde o temprano.
5. Influye en la satisfacción al comer
Aunque esto no es un problema de salud en sí mismo, un estudio realizado con mujeres sanas trató de comparar los efectos de la comida lenta y la comida rápida, y encontró que las personas que comen lento tienden a tener un nivel de satisfacción más alto. Por lo tanto, esto puede ser beneficioso en más de una forma: comes menos y disfrutas más.
6. Se malgastan nutrientes
Cuando masticamos alimentos, producimos saliva. Esto produce una enzima llamada ptialina, que es responsable de descomponer los carbohidratos. La importancia de tomarse el tiempo para masticar bien, es producir suficiente saliva para rodear la comida y absorber los nutrientes adecuadamente.
7. Se relaciona con la resistencia a la insulina
La insulina es una hormona cuya función principal es regular la cantidad de nutrientes que circulan en la sangre. Cuando las células dejan de responder adecuadamente a la insulina, aumentan los niveles de azúcar en sangre. Un estudio realizado en Japón mostró que existe una correlación entre comer rápido y el desarrollo de resistencia a la insulina, lo que indica que la hormona no está funcionando correctamente.
8. Aumenta el riesgo de padecer otras enfermedades
El síndrome metabólico es el nombre de una serie de factores de riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes y otros problemas de salud. Un estudio muestra que comer rápido también puede aumentar las posibilidades de padecer este síndrome.
Además, otra investigación ha encontrado que las personas que comen más rápido tienen 2,5 veces más probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2.
Bono: ¿Cómo empezar a comer más lento?
Afortunadamente, no estamos ante un problema irresoluble, sino un hábito que puedes cambiar si quieres. A continuación, te ofrecemos algunos consejos que te ayudarán a lograr este objetivo:
- Evita comer delante de la pantalla: esto te hace comer rápidamente sin pensar en ello y hace que sea más fácil olvidar cuánto se come.
- Mastica bien: idealmente, se debe masticar cada bocado de 20 a 30 veces.
- Consume bocadillos saludables: evitarán que comas con demasiada hambre, demasiado rápido y elijas alimentos malos.
- Deja los cubiertos entre cada bocado: esto ayudará a reducir la velocidad.
- Practica comer con atención: toma el tiempo para saborear cada bocado, oler y sentir su textura.
- Elige pequeños bocados: ralentizará la ingesta.
¿Eres de las personas que comen rápido o lento? ¿Estás dispuesto a cambiar tus hábitos?