Derretido, rallado, en trocitos, en crema, duro o suave, el queso le añade gusto a
cualquier plato en el que esté presente. Si eres amante de este lácteo, no te pierdas
esta receta tradicional que te compartimos hoy.
Se trata de la miel con queso, una combinación deliciosa que no puede faltar en tu
mesa estas festividades.
La miel es una sustancia natural muy completa en nutrientes y antioxidantes que
favorecen nuestro organismo haciéndolo uno de los mejores alimentos para incluir
en la dieta diaria.
También es rica en proteínas y es potencial hidratante debido a su alto contenido de
agua.
Por otra parte, el queso con su diversa gama de sabores, a veces es difícil decidir
cuál es el ideal para las preparaciones que llevamos a cabo. Sin embargo, para
servir la miel con el queso, sugerimos queso azul, el cuál se caracteriza por tener
un color verde azulado, un sabor rico y exquisito especiado que va bien con la
dulzura de la miel.
Esta combinación realza el sabor que el queso azul destila haciéndolo muy atractivo
para el paladar.
La miel también se puede mezclar con queso fresco de cabra y queso salado si no
te gusta demasiado el sabor agrio del queso azul. Para un maridaje perfecto,
también podemos servirlo con frutos secos e incluso higos para un sabor
sorprendente.
El clásico sabor del queso
La elaboración del queso es un arte centenario. Este proceso requiere la mayoría
de las veces, de cuatro pasos importantes para llegar al resultado final; el proceso
de coagulación o cuajo, la extracción del suero, el prensado, salado y maduración.
El queso paraguayo, o kesu paraguái en guaraní, se elabora con leche entera que
viene de la vaca y sin pasteurizar. Por otra parte está el “queso de soya” o tofu que
proviene del extracto de soya. En forma de extracto, se puede agregar durante la
elaboración del queso para alterar naturalmente el sabor natural del queso.
Características del queso paraguayo
● Es semiduro, de color blanco, y al cortarlo segrega un líquido llamado suero.
● En el caso del queso fraguado es amarillento, seco, con volumen y tiene
agujeros.
● Para mantenerlo no se puede dejar sin refrigerar más de una o dos horas
porque comenzará a deformarse y derretirse.
¿A qué se debe los diferentes sabores del queso?
Los sabores, texturas y características únicas de los diferentes quesos se deben a:
● El tipo de leche utilizada.
● El método de cuajo de la leche, el corte de la cuajada, la forma de hervir y
prensar.
● El tipo de bacterias u hongos utilizados en el proceso.
● La cantidad de sal, condimentos y especias añadidas.
● Condiciones de maduración como la temperatura, las condiciones con la
humedad y el tiempo de curado.
Recomendaciones para adquirir quesos
Nuestra principal recomendación para los consumidores de queso es evitar comprar
queso sin etiqueta. Esto significa que debe estar envasada, etiquetada
responsablemente (marcada), tener fecha de caducidad y, especialmente las que se
ofrecen en los mercados de la ciudad, porque no suelen identificación como en el
caso de la leche a granel.
Queso a base de soya
Uno de los quesos más consumidos en nuestro país, incluso antes que el de leche
de cabra, es el queso de soja, comúnmente conocido como tofu.
Dicen los nutricionistas que el tofu es un alimento de origen oriental y se consume
desde hace miles de años. Para muchas personas que lo consumen a diario, es la
principal fuente de proteínas en su dieta.
El tofu es "leche de soja" coagulada que se obtiene hirviendo soja molida. Se filtra
para hacer extracto de soja, que luego se usa para hacer queso fresco.
El queso fresco
En general, los quesos frescos, incluido el queso paraguayo, se distinguen por su
alto contenido en proteínas de alto valor biológico, calcio, fósforo, magnesio,
vitaminas del grupo B (en particular B2 o riboflavina, B12 y niacina) de fácil
absorción.
En cuanto al contenido graso, la cantidad varía ya que suele ser una variedad baja
en grasas. Algunos de ellos están elaborados con leche y nata.
Es un producto interesante para niños y adolescentes, adultos con determinadas
situaciones fisiológicas como la lactancia, y para quienes quieren pero no toleran el
calcio en su dieta.
Algunos quesos frescos usan leche y nata. Para otros, usan sólo leche desnatada,
suero de leche o una mezcla de todos.
¿Cómo elegir la miel correcta?
Lo primero que hay que saber es que los hay de dos tipos: cruda y procesada. La
miel cruda no se filtra ni pasa por calor para procesar, es tal como sale de la
colmena.
La dulzura de la miel se debe a que contiene fructosa y glucosa, lo que la hace más
dulce que el azúcar normal.
Cantidad de agua: La miel contiene menos del 20% de humedad, lo que previene
el crecimiento microbiano y aumenta la vida útil. El agua es una de las principales
reglas para juzgar la calidad de la miel. Los expertos dicen que debe tener menos
del 18 % de humedad, pero algunos puristas dicen que el 14 % es el máximo, y
cualquier cantidad superior se considera de baja calidad.
El procesamiento importa: las mejores mieles se procesan mínimamente. Es
decir, conserva todos sus minerales, antioxidantes, vitaminas, propiedades y demás
propiedades.
Lea las etiquetas: cuando vaya de compras, lea las etiquetas. Hay muchos
productos de miel con sabor a jarabe de maíz, así como mieles mezcladas, que a
menudo contienen harina, almidón, dextrosa, conservantes y más.
Polen: Las mejores mieles contienen polen, lo que puede hacer que se vean un
poco turbias. Sin embargo, no lo notará tan fácilmente con ese paquete. Un consejo
es mirar el frasco. La miel procesada es más claramente visible.
Color: Disponible en una variedad de tonos, dependiendo de las flores que las
abejas usan para hacer la miel. El color no indica buena o mala calidad.
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